Las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) constituyen más del 90% de las empresas en la mayoría de los países del mundo desarrollado y aportan el 65% del PIB y el 75% de los puestos de trabajo en el caso de España.
Para poder comprender la realidad de las empresas de pequeño tamaño, primero debemos comenzar por diferenciarlas.
Una de las características de las Pymes y las microempresas suele ser una enorme pasión y empuje por parte de uno o varios fundadores, que disfrutan con las funciones más relacionadas con el negocio principal, es decir, la venta, la producción de un determinado producto, el comercio, la cocina, etc. Sin embargo, no sienten la misma pasión hacia aspectos secundarios que, si bien son necesarios para sostener la actividad principal, son entendidos como un engorro y una obligación. La gestión de las personas que forman parte de la empresa suele ser una de esas actividades secundarias.
El problema es que, al ser una parte de esas actividades menos motivantes, y además requerir tanto tiempo y recursos, suele dejarse de lado en demasiadas ocasiones hasta llegar a un punto en el que los conflictos generados son demasiado grandes. Por tanto, si tienes una Pyme o una microempresa y quieres saber cómo hacer frente de manera saludable a la gestión de tus Recursos Humanos, lee atentamente estos consejos:
1.- Si no tienes departamento de RRHH y vas a encargarte tú mismo de la gestión de tu personal, reserva en tu agenda una serie de horas a la semana para dedicarlas a ello. Procura dejar lo menos posible a la improvisación, ya que si no lo marcas como una tarea semanal, al final caerás en el error de sólo dedicar tiempo a las tareas muy urgentes (bajas, accidentes, contratos, mutuas, etc.) y no a las que a largo plazo son muy necesarias y te llevarán al éxito (Formación, planificación estratégica, evaluación, selección y atracción del talento, etc.).
2.- De manera ideal, al comenzar cualquier actividad como empresa se deberían sentar unas bases adecuadas sobre las que construir los equipos de trabajo. Hablo de pensar en la cultura de nuestra empresa, los valores que la van a guiar y cuál es la misión para la que ha sido creada.
Si no lo hemos hecho ya, es necesario que definamos cuanto antes estos asuntos, para poder luego diseñar nuestra estrategia de RRHH sobre esas bases. Es una información que los trabajadores deben conocer, manejar e integrar como parte del día a día, y que el empresario debe recalcar para generar compromiso, para saber si un candidato es el adecuado para su empresa o para decidir qué camino dar a la formación y el desarrollo de sus trabajadores.
3.- Trabaja constantemente en la comunicación, ya que es un aspecto fundamental y que suele darse por sentado. Es necesario que decidas el tipo de comunicación que quieres en tu empresa, facilitando en todo momento la transparencia y la bidireccionalidad; el trabajador debe saber en todo momento que puede comunicarse con sus superiores y que ellos también serán consultados y tomados en cuenta siempre que sea necesario. La horizontalización de la comunicación es fundamental en los modelos actuales de RRHH.
Es tu responsabilidad como gerente diseñar formas de comunicación que sean efectivas para ambas partes. Las estrategias pueden ir desde lo más sencillo, como mostrarse accesible para que los empleados puedan hablar de cualquier cosa siempre que quieran, sin juicios ni interrupciones, o también, definir cuestiones más elaboradas como por ejemplo, usar una reunión mensual para comunicar a los trabajadores el avance de la empresa y pedir feedback o propuestas de mejora.
4.- Dedica tiempo a los procesos de selección de personal. Uno de los fallos más comunes en las pequeñas empresas es recurrir a la contratación de personas conocidas, o a recomendaciones rápidas para salir del paso, y normalmente esas incorporaciones se necesitan para ayer. El problema es que este tipo de procesos de selección poco profesionales es uno de los errores más serios que podemos cometer.
Siempre es recomendable tener a un profesional que pueda encargarse de la selección de los trabajadores, pero si no cuentas con este recurso, puedes hacerlo tú mismo siempre que consigas hacerlo de manera organizada, respetuosa con los candidatos, planificada y teniendo muy claro lo que buscas. No olvides que durante los procesos de selección también debes tener muy presentes los valores, misión y visión de tu compañía, porque de no ser así, puede que contrates al mejor candidato del sector, pero que no encaje en tu empresa.
Además, cuando hablamos de selección de personal debemos pensar en un proceso continuo, es decir, tu empresa debe ser identificada como un lugar deseable para trabajar, incluso cuando no tengas ninguna vacante, porque de esta manera, cuando la tengas, las personas con talento de tu sector estarán deseando que les llames para una entrevista y te será mucho más fácil llegar a ellas. Recuerda que esto es un trabajo diario.
5.- Si no sabes cómo hacerlo, pide ayuda. Como en todo, no nacemos sabiéndolo todo, así que si crees que no puedes hacerte cargo de la gestión de las personas que trabajan en tu empresa, puedes recurrir a profesionales que se encargan de prestar estos servicios, ya sea como consultores, como trabajadores a jornada parcial, o con el servicio de interim manager (directores temporales en departamentos de RRHH hasta cumplir un objetivo).
También puedes contratar servicios puntuales, como selección de personal o formación de tus trabajadores.
Si quieres más información acerca de estas y otras opciones, puedes contactar conmigo a través de contacto@adrianamarichal.com